lunes, 28 de noviembre de 2011

Las aves más grandes son más afectadas por el ruido humano

Las aves más grandes son más afectadas por el ruido humano

 Jueves, 24 de noviembre de 2011
tangara aliblanca migratoria, Western tanager (Piranga ludoviciana)
Aves grandes como la tangara aliblanca son las que más sufren el impacto del ruido generado por la actividad humana.
Las aves de mayor tamaño son las que más sufren el impacto negativo del ruido generado por la actividad humana, según un nuevo estudio.
Las aves más grandes cantan a frecuencias más bajas que pueden ser opacadas más fácilmente por los sonidos de frecuencia similar en ciudades o fábricas.
"La mayor parte del ruido cerca de carreteras y en áreas urbanas es más intenso a frecuencias bajas. Pensemos, por ejemplo, en el sonido constante del tráfico o de maquinaria", dijo a BBC Mundo Clinton Francis, investigador del Centro Nacional de Síntesis Evolutiva en Durham, Carolina del Norte, en Estados Unidos, y autor principal del estudio.
Cuando el tamaño del cuerpo de un ave es mayor, la frecuencia del canto tiende a ser más baja. Y cuanto más baja es la frecuencia, más fácilmente puede confundirse con el ruido generado por los seres humanos, señala el estudio.
"El ruido impacta de muchas formas en el comportamiento y supervivencia de las aves. Puede llevar a algunas especies a cambiar su canto para que pueda ser oído con más facilidad y puede causarles estrés, lo que podría afectar su reproducción", explicó Francis.
"En los casos evaluados en nuestro estudio, el ruido parece forzar a algunas especies a abandonar hábitats favorables porque no pueden comunicarse".

Cantos opacados

Colibrí barba negra, black chinned hummingbird, (Archilochus alexandri)
El colibrí barba negra tiene un canto de frecuencia alta que se distingue con mayor claridad.
Ampliar imagen
Es menos probable, por ejemplo, que especies con cantos de frecuencias bajas construyan nidos cerca de áreas en las que hay maquinaria ruidosa. De las especies estudiadas, las más afectadas fueron las más grandes como la tangara aliblanca migratoria, western tanager (Piranga ludoviciana), el picogrueso pechicafé, black-headed grosbeak (Pheucticus melanocephalus) y la huilota (Zenaida macroura).
"Los resultados son sorprendentes porque las aves de mayor tamaño también suelen cantar más alto", dijo Francis.
Los pájaros más pequeños y con cantos de frecuencias más altas, como el gorrión ceja blanca, chipping sparrow (Spizella passerina), el carpodaco doméstico, house finch (Carpodacus mexicanus) y el colibrí barba negra, black chinned hummingbird (Archilochus alexandri) no abandonaron esos sitios con maquinaria, porque sus llamados se distinguían con mayor claridad.
El impacto del ruido puede ser más grave aún considerando que las aves más grandes tienen territorios más extensos y sus cantos deben ser oídos a distancias mayores.
Para entender el contraste entre frecuencias bajas y altas, se puede "pensar en un coro y en la diferencia entre la voz profunda del tenor comparada con la de una soprano", señaló Francis.

Dispersión de semillas

"Encontramos que dos especies sensibles al ruido dispersan semillas de pinos, un árbol dominante en áreas forestadas del oeste de América del Norte"
Clinton Francis
El ruido podría tener un impacto indirecto en los bosques, debido a una función clave que cumplen algunas aves, la de dispersar semillas.
"Encontramos que dos especies sensibles al ruido, por ejemplo, la chara piñonera, pinyon jay (Gymnorhinus cyanocephalus), dispersan semillas de pinos, un árbol dominante en áreas forestadas del oeste de América del Norte. No sabemos con certeza qué impacto tendrá que estas dos especies de aves no estén presentes".
"La ausencia de aves grandes en áreas afectadas por el ruido podría tener además otras consecuencias ya que cumplen otros roles ecológicos, como la depredación o en el caso de los pájaros carpinteros, la apertura en los árboles de agujeros para nidificar, que luego son aprovechados por otras especies".
Huilota (Zenaida macroura)
La huilota (Zenaida macroura) también es una especie afectada por el ruido de fábricas y maquinaria.
Ampliar imagen
Para su estudio, Francis y sus colegas se centraron en un area del norte de Nuevo Mexico donde hay miles de pozos de gas natural y compresores para extraerlo y transportarlo en tuberías. La ventaja de realizar la investigación en esta área es que puede estudiarse el impacto del ruido sin la presencia de otros factores comunes en las ciudades como la contaminación de la luz o las colisiones con vehículos.
Los compresores funcionan las 24 horas cada día del año. El ruido que producen alcanza cerca de 80 decibeles, equivalente al sonido de una motocicleta a una distancia de 15 metros.
Francis espera ahora compilar datos sobre cerca de 200 especies de aves que viven en áreas afectadas por otras fuentes de ruido, como el tráfico.
El científico señala que pueden tomarse muchas medidas para reducir los niveles de ruido. "En el caso de fuentes estacionarias, como generadores, se pueden colocar barreras que aminoren la expansión del sonido. Un cambio que ya estamos viendo es el uso de carros eléctricos o híbridos, que generan menos ruido".
El estudio fue publicado en la revista científica online PLoS ONE.

jueves, 17 de noviembre de 2011

El Nuevo Diario-Proyecto de Huerto Escolar


 Publicación del 15/Nov/2011. El Nuevo Diario


http://www.elnuevodiario.com.ni/departamentales/233249



15 de noviembre de 2011


Fue iniciado en 2008 en Oriente

Va proyecto de huertos orgánicos


* Pipián, ayote, plátano y yuca entre lo que siembran y que ayuda en la alimentación de los estudiantes

Por Mercedes Vanegas | Departamentales

Va proyecto de huertos orgánicos
Este es el huerto escolar que tiene el Instituto Héroes y Mártires de La Reforma. MERCEDES VANEGAS / END
Con el fin de enseñar la importancia de los elementos agrícolas y ecológicos dentro en un centro escolar, en el Instituto Héroes y Mártires de La Reforma (INHMARE) de Masaya, los estudiantes tienen su propio huerto escolar orgánico, que además de combatir los efectos del cambio climático, esto contribuye a que tenga seguridad alimentaría.

Marcelo Gutiérrez, encargado del proyecto, explicó que los huertos escolares son definidos por el Ministerio de Educación como parte de seguridad alimentaría y nutricional para los estudiantes.

El proyecto está destinado, según Gutiérrez, a la comunidad escolar en general, vinculando directamente a los estudiantes así como a docentes.

Proyecto piloto en 2008
Gutiérrez dijo que el proyecto de huerto escolar en Masaya, inició de manera piloto en el año 2008, en el colegio “Rafaela Herrera” en la Villa Bosco Monge, obteniendo resultados satisfactorios.

“En el año 2009, el huerto escolar fue apoyado por Michael Huhn (q.e.p.d.) un ecólogo, ingeniero agrónomo y representante del hermanamiento Dietzenbach en Masaya, y el proyecto tuvo más éxito”, explicó Gutiérrez.

Con el apoyo del encargado de hermanamiento Dietzenbach en Masaya, esta ciudad alemana está apoyando el proyecto huerto escolar por lo que en el 2010, además del colegio “Rafaela Herrera”, el Instituto Héroes y Mártires de La Reforma, ahora tiene su propio huerto escolar.

Componentes ambientales
El proyecto del huerto escolar en el Instituto Héroes y Mártires de La Reforma, era inicialmente de manera temporal pero este año 2011, aún se sigue trabajando logrando integrar nuevos componentes ambientales, educativos y de generación de recursos económicos, según dijo Gutiérrez.

“Lo importante de este proyecto es la sostenibilidad que crean estos huertos escolares, ya que de estos mismos los estudiantes se alimentan y con lo que logramos vender compramos más herramientas de trabajo para seguir mejorando el huerto escolar, para iniciar con el huerto escolar la ciudad de Dietzenbach nos dio las herramientas y otros apoyos”, indicó Gutiérrez.

Los huertos escolares son totalmente naturales  sin componentes químicos, “son ecológicos, pedagógicos y económicos, desarrollando así, un tridente que garantiza la sostenibilidad y la integridad del proyecto e iniciando así de una nueva sociedad. Una sociedad ecológica dejando así el antiguo desarrollo industrializado” señaló Gutiérrez.

En los huertos escolares se siembran pipián, ayote, plátano, yuca, entre otros, lo que ayuda a la alimentación sana de los estudiantes de cada centro educativo beneficiado con el proyecto.